El 14 de junio pero del año 1845, nace en Santiago de Cuba Antonio Maceo y Grajales, hombre de virtudes que despertó la admiración de José Martí por su sentido de la disciplina, patriotismo, honradez y valor sin límites.
Hay quienes manejan la afirmación de que Antonio Maceo era solo el brazo de hierro, con aptitudes únicamente para la guerra. Sin embargo, su proyección antiimperialista se conoce en su carta al coronel Federico Pérez Carbó, el 14 de julio de 1896 cuando Maceo sentenciaba:”La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide: mendigar es propio de cobardes incapaces de ejercitarla. Tampoco espero nada de los americanos; todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos; mejor es subir o caer sin su ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”.
Y en misiva a José Dolores Poyo, director del periódico El Yara, de Cayo Hueso aseguraba:”Pero quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha, Cuba tiene muchos hijos que han renunciado a la familia y al bienestar, por conservar el honor y la Patria. Con ella pereceremos antes que ser dominados nuevamente.”
Poderoso pensamiento de este héroe que nos llama a no aceptar nada, ni siquiera la libertad, si unida a ella va la deshonra y a no cansarnos en esta lucha, porque cansarse es más bochornoso que rendirse.
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