"El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias. No fue la única amarga prueba de la adversidad, pero ya nada pudo contener la lucha victoriosa de nuestro pueblo. Trincheras de ideas fueron más poderosas que trincheras de piedras...Nuestros muertos heróicos no cayeron en vano. Ellos señalaron el deber de seguir adelante, ...los vemos renacer en las nuevas generaciones que crecen al calor fraternal y hmano de la Revolución; en nuestros estudiantes trabajadores, en cada obrero de vanguardia, en los jóvenes que representan con honor a Cuba, en los Camilitos que se educan para ser soldados como ellos".
"Desde que el 26 de julio de 1953 atacamos el Moncada, hemos logrado e incluso rebasado los objetivos que nos propusimos entonces, aunque las tareas eran más difíciles de lo que en aquel tiempo fuimos capaces de suponer. pero si aquel día éramos un puñado de hombres, hoy somos un pueblo entero conquistando el porvenir.
A los jóvenes me dirigo especialmente en este instante. A ellos ha consagrado la Revolución el máximo de su esfuerzo y en ellos ha puesto sus mayores esperanzas. Para las nuevas generaciones se trabaja con verdadero amor, para ellas se realiza la revolución; por ellos, por los que no habían nacido todavía el 26 de julio derramaron su sangre generosa y pura los jóvenes que cayeron en el Moncada.
Nuestra generación, que inició las luchas cuando los sueños no podían siquiera expresarse sin riesgos de ser incomprendidos; cuando la palabra socialismo no podía pronunciarse sin suscitar temores, en ustedes deposita sus más puros ideales, en la íntima convicción de que sabrán recogerlos, llevarlos adelante y transmitirlos a loa que los sucedan, hasta el día en que la sociedad cubana pueda inscribir en su bandera las fórmula fraternal y humana de la vida comunista."
Fragmento del discurso pronunciado por Fidel Castro en el acto central en conmemoración del 20 aniversario del ataque al Cuartel Moncada, efectuado en Santiago el 26 de julio de 1973.
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