Los ganaderos manatienses miran las nubes con incertidumbre esperando
la llegada de precipitaciones suficientes
para aliviar la sequía, que según las
autoridades se ha incrementado en los últimos años.
Consecuencia directa de la falta de precipitaciones es el
agotamiento de pozos, lagunas y tranques, por lo que la utilización del servicio
de agua `por pipas para el ganado de las zonas más afectadas, forma parte de
las medidas adoptadas en el municipio para atenuar los efectos de varios meses sin lluvias.
También han apelado a la concertación de contratos con el central Majibacoa y con Puerto Padre, para adquirir un suplemento compuesto por
miel, partes de bagazo y urea, muy útil en estas condiciones, según los
resultados vistos en las entidades pecuarias.
Si bien el abasto de agua en pipas fluye sin grandes
contratiempos, sigue siendo lamentable que una parte de los productores de los
sectores estatal y cooperativo-campesino no dispongan de suficientes reservas
de alimentos, sobre todo de caña, previstas para estos momentos.
Los impactos de la sequía sobre la ganadería pueden ser directos
o indirectos. Los animales sufren por la falta de agua. Los principales efectos
indirectos se ven reflejados en la escasez de pienso, que afecta al estado de
salud de los animales y tiene un gran impacto en la producción ganadera y en el
valor económico de la ganadería en general.
El agotamiento de las
fuentes de abasto de agua en muchas
zonas del municipio alerta a las autoridades de la agricultura para buscar
alternativas en el suministro de agua al ganado.
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