Ciego, Yariguá y Gramal, son los tres embalses que dispone el municipio
Manatí y que hoy se encuentran deprimidos debido a la intensa sequía que azota
al territorio.
A pesar del comportamiento
de las lluvias en las últimas semanas, la cifra no es nada halagüeña pues no sobrepasa el 40 por ciento, por lo
que las represas no se han restablecido, declaró Manuel Rivero Cabrera director
de Acueducto en el municipio.
Más de 420 vecinos en varias
comunidades como Managua, El Venero, la calle Frank país y la 15, que en circunstancias
normales se surtían del vital líquido por acueducto, hoy reciben el agua por
pipas, agregó el directivo.
Diversas medidas se aplican
para aliviar la situación del
abasto a 49 comunidades que dependen
solamente del suministro por ferrocarril, al tiempo que se intensifica la
cloración del agua para evitar brotes epidémicos.
Aunque se reparó parte del
la conductora Cerro Manatí, las autoridades
de Recursos Hidráulicos exhortan a los pobladores a evitar derrames de
agua en las viviendas, eliminar los salideros en grifos, tanques sanitarios y
depósitos colectivos.
La sequía es una de las
causas fundamentales de desastres a escala mundial. Las tendencias climáticas
observadas en la zona norte de la provincia Las Tunas, específicamente Manatí, en
los últimos 30 años muestran el incremento de la frecuencia e intensidad de
este fenómeno.
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